El trabajo individual está orientado a mejorar la calidad de vida del paciente, proporcionando herramientas que potencien las competencias personales y le permitan afrontar los miedos, crisis y dificultades a las que se enfrenta en su vida cotidiana. Trabajamos para ello en el aquí y ahora, evitando centrarnos sólo en los síntomas y en el origen de los mismos.